Tratamientos para combatir la gripe: métodos eficaces y no efectivos

Este año, la gripe está afectando significativamente a toda Europa, y España no está exenta de esta situación. Aunque parece que lo peor ya ha pasado, los casos de contagio continúan en aumento, y muchos individuos se encuentran enfrentando la enfermedad en sus hogares.

Cuando uno contrae el virus de la gripe, surge la interrogante de cómo abordar el tratamiento. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) proporciona información sobre qué medicamentos son recomendables y cuáles no, así como cuáles son más efectivos.

Es fundamental tener en cuenta que la gripe es causada por un virus y, como tal, tiende a curarse por sí misma. Sin embargo, se pueden tomar medicamentos o sustancias para aliviar los síntomas. A continuación, se detallan los principales:

  • Analgésicos: El paracetamol, la aspirina o el ibuprofeno son eficaces para reducir la fiebre y aliviar el dolor muscular y el malestar general.
  • Antihistamínicos: Aunque su uso está más destinado al tratamiento de alergias, en el caso de la gripe pueden ayudar a reducir la mucosidad nasal y el goteo nasal típico de los resfriados. Suelen incorporarse en preparados antigripales y anticatarrales (Frenadol, Aspirina Complex, Bisolgrip, Calmagrip, Couldina, Desenfriol…), siendo la clorfenamina el más comúnmente utilizado.
  • Antitusivos: Estos medicamentos ayudan a inhibir la tos y suelen presentarse en jarabe o en pastillas. Para la tos seca, el dextrometorfano es el más utilizado, pero no es recomendable si hay presencia de flemas o mucosidad en las vías respiratorias.
  • Remedios caseros: Beber líquidos abundantes, como infusiones y caldos, puede ser útil para mantenerse hidratado en caso de fiebre y contribuir a fluidificar las flemas y la mucosidad en las vías respiratorias.

En contraste, hay otros remedios que no son efectivos para tratar la gripe:

  • Antibióticos: No son útiles contra los virus y deben reservarse para infecciones bacterianas específicas. Excepciones pueden darse si la gripe está asociada a una infección bacteriana, como una neumonía.
  • Descongestionantes: Aunque alivian la congestión nasal, están contraindicados en diversas patologías, como la hipertensión y problemas cardíacos, y su uso prolongado puede generar congestión por efecto rebote.
  • Antivirales: Medicamentos como Ebilfumin, Tamiflu o Relenza, que actúan directamente sobre el virus de la gripe, requieren receta médica y su eficacia es cuestionable. No están financiados por el sistema público de salud y se reservan para casos hospitalizados o de alto riesgo de complicaciones graves debido a la gripe.

Durante esta temporada, la demanda de medicamentos antigripales también aumenta. Estos suelen contener varios componentes para combatir los efectos del virus, como analgésicos, antitusivos, antihistamínicos y, en ocasiones, descongestionantes nasales.